Caminando hacia ti

Hola! soy Dan y quiero contarte una historia.

Estuviste en mi mente
caminando hacia el funeral,
me tuviste entre tus letras
mirando siempre ese lugar.

Me tenías en cada nota alta de dolor,
y volabas en mis pupilas de color en color.
Yo no sé si la música en mis oídos
calmaría tantas preguntas.

Me atrapaste sentado
en las escaleras de tu habitación
sonriendo, escuchando tu canción.
No bastaba entender tu partida,
tus letras y tu sensación ya perdida.

Me cuidaste cuando mamá y papá no podían
me amaste con melancolía.
Con tu piel oscura y arrugada
vi los hilos de Dios sobre tu mente ya apagada.

Y vos…
Me arrodillé frente a tu hijo,
pisé un lugar indigno para mí.
Fui a tu casa a rogar por piedad,
me temblaban las manos y los labios
y empecé a sentir mis propios latidos.

No entendía nada de esta vida
con 15 años en un camino de ida,
y pensé a creer que jugabas a ser Dios,
te pondrías tus alas de plástico
y vendrías pisando mi cabeza, «te perdono hijo mío»…
«Amen» me dirías… maldita sea.

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