A mis 11 años, era un futbolista imparable (por lo menos eso pensaba yo) y mi posición principal siempre fue ser defensa. En un campeonato de barrio ganamos y con mucha alegría nos preparábamos para otro campeonato pero esta vez entre barrios. Estuvimos muy felices por esa hazaña, pues nos costó mucho entrenamiento llegar ahí.
Salíamos de casa cada sábado y domingo a las 7am, corríamos unos 20 minutos de ida a la cancha de fútbol y jugábamos unas 3 horas