No lo puede ver

Hola! soy Dan y quiero contarte una historia.

De niño solía ver lo que otros no veían, quizás fue el inicio de todo pues la pasaba muy mal en ese entonces, pero esto es para otra historia. Sólo quería decir que al final negué mi don, lo negué tantas veces que por fin dejé de verlos, dejé de sentirlos, dejé de sentir miedo y olvidarlo por completo.

Pero hoy, ya un padre de familia, ocurrió lo que creí olvidado. Tuve frío y aunque no podía verlo, sé que algo estaba en ese rincón, la misma sensación de congelación y escalofrío recorría por mi cuerpo, y un momento de tristeza rondaba en mi cabeza.

Sé que estas ahí
Dan lo sabía

A mi lado estaba mi pequeño Dan de 3 años, y lo primero que me pregunté asustado fue si él podía verlo, así que observé su mirada y su atención, pero no, nunca cambió a ese rincón durante todo nuestro juego. Una tranquilidad me vino al darme cuenta que él, el pequeño Dan, no tenía esa maldición (o don, como quieran llamarlo algunos).

Ahora con muchos años encima es fácil sobreponerse, ellos son energía y sólo hay que aprender a controlar nuestro ánimo, no dejar que nos absorben y por el contrario poner fuerza en nuestra voluntad y ordenar que se vayan, ellos se irán, porque en muchas ocaciones sólo están de paso.

Como no supe esto a mis 8 años
Se preguntaba Dan

No quiero ese mundo para mi pequeño Dan, así que, con la poca experiencia que tuve, siempre estoy vigilando en silencio y hasta ahora ya con 6 años de edad, parece que todo va bien.

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