Música para leer
Hola! soy Dan y quiero contarte una historia.
Cuando tenía 17 años, todos mis compañeros y yo estábamos preparándonos para la universidad, era la meta día a día, y constantemente realizábamos círculos de estudio donde compartíamos conocimiento y amistad.
Fue ahí donde conocí a Odiseo, sí, lleva nombre mítico lo sé, muy gracioso, amable y sobre todo empeñado en ingresar a la universidad. A mi siempre me ha gustado estar con personas más inteligentes que yo, que de hecho deben ser muchas, y bueno, integré a Odiseo al grupo de amigos y quedó perfecto.
Amable, gracioso y sobre todo honesto
Ese era Odiseo
Una tarde, salíamos de toda una mañana de estudio y yo tenía planes con mi familia de ir a almorzar, así que vinieron por mi, me encontraron con Odiseo saliendo del lugar de estudio y mi papá nos dijo:
Vamos todos a comer
y bueno fuimos mi familia, Odiseo y yo
Fue un almuerzo muy delicioso y sobre todo comunicativo pues mientras yo quería ser ingeniero, Odiseo quería ser un administrador de empresas lo cual nos pasó explicando en que consistía su carrera y fue muy interesante escucharlo.
Al terminar de almorzar, el mozo trajo la cuenta. Era obvio que mi papá había invitado la comida pero mi amigo Odiseo sin pensarlo mucho sacó un billete de su billetera
Ehh! aquí tengo algo para colaborar, tome señor
Con orgullo Odiseo hablaba
Mi familia se sorprendió sobre el comportamiento de Odiseo y con una mirada de aprobación por la amistad que tenía conmigo.
No te preocupes, yo invito
Fueron las palabras de papá
Dijo mi padre sonriendo y Odiseo guardó el dinero. Pero con ese acto yo había aprendido algo que me llevé por toda mi vida.
Si señores, el orgullo se comporta de diferentes maneras y ésta es una de ellas, muy básica, no tan intrusiva y sobre todo se acomoda a pocas personalidades, a la mía sin dudarlo, la llevo conmigo siempre.